Es el espacio que nuestra Constitución le da al Pueblo de la Nación para establecer las mejores reglas de nuestro crecimiento y bienestar.
Nos hemos acostumbrado demasiado a votar candidatos sin propuestas o promesas de campaña que luego en el mandato no se cumplen o se contradicen.
Confiamos que cada uno de nosotros y nosotras tenemos un pequeño y masivo poder de decir qué queremos y de exigir que eso se cumpla con respeto, aceptación y libertad.
Cada quien decidirá desde lo más profundo de sus convicciones. Lo que importa es votar pensando. Más allá de las ideologías y las promesas.
Por último, queremos que las provincias pesen todo lo que haga falta para que las decisiones que se tomen en el Congreso, sean por igual para todo el país, que se entienda y atienda la gran diversidad de realidades y necesidades de nuestras comunidades y localidades.
